Decidiré si morder o no morder la manzana prohibida.Porque...¿Acaso no hay algo más irresistible que la tentación de lo prohibido?
martes, 31 de mayo de 2011
Una tarde de Domingo
Domingo, hora 16:00 pm, estaba tranquilamente tumbada en mi cama viendo La Cruda realidad por undécima vez, cuando empecé a escuchar gritos que parecían decir mi nombre. Me asomé por el balcón de mi habitación y allí estaban ellas, aunque por supuesto faltaba una: Niki.
Irene: ¡Eva! ¡Venimos a secuestrarte! Así que arréglate y baja.
Yo: Sabéis que no me apetece...
Daniela: O te vistes y bajas o tendremos que subir, meterte en un saco y secuestrarte desnuda.
Yo: (Risas) Está bien... pero ¿a dónde se supone que vamos?
Irene: ¿Todavía no nos conoces? A divertirnos un rato y a buscar chicos que nos alegren un poco y sobre todo que te alegren a TÍ... ¿a dónde si no?
Me metí a mi habitación, me solté el pelo, me puse unos vaqueros, una camisa de hombro caído y unos tacones. Baje y les dije ¡vámonos!
Dimos una vuelta y después fuimos a un bar. Nos sentamos y pedimos unas mixtas. El bar estaba casi vacío. Así que estuvimos charlando un rato...
A la hora más o menos llegaron un grupito de tres chicos y la verdad es que eran bastante monos. No pasaron ni tres segundos cuando ya Daniela e Irene estaban con la sonrisita y haciéndoles ojitos.
Se acercaron y uno de ellos dijo...
Chico de la camiseta verde: ¡Hola! Me llamo Eric y ellos son Adrián y Carlos. ¿os importa si nos sentamos con vosotras?
Irene: ¡Claro que no! (con risa nerviosa)
Daniela: Bueno yo soy Daniela, ella es Irene y ella Eva.
Estuvimos hablando los seis hasta que se hizo de noche y porque no decirlo... también hubo risas pero no risas sin más,eran... risas sin sentido, risas vergonzosas y simplemente risas para gustar.
De camino a casa, cuando estábamos las tres solas, empezaron las confesiones.
Irene: Creo que estoy enamorada. (con una sonrisa tonta)
Yo: Y yo creo que estas un poco loca.(Risas) A ver, ¿de quién estas "enamorada"?
Irene: Del más guapo y simpático por supuesto... de Adrián.Cuando me iba se me acercó al oído y me dijo que me iba a llamar. (con una sonrisa aún mayor)
Daniela: Pues ya sabes a por él.
Me despedí de ellas,llegué a casa y aunque me lo había pasado bien y los chicos eran guapos, yo seguía pensando que ese típico refrán de un clavo saca a otro clavo a mí no me iba a resultar, porque dentro de mí hay una parte que me dice que ninguno se va a poder parecer a él jamás, o al menos en este mundo.
Publicado por
Eva y la manzana prohibida
en
21:22
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas:
risas para gustar,
un clavo saca a otro clavo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario