jueves, 8 de septiembre de 2011

Te echaba de menos



   
      Estaba sola en casa, sentada en el suelo delante del balcón con la cristalera de este entre abierta, plof plof se escuchaba el estallido de las gotas sobre el suelo. De repente el sonido fue interrumpido por el timbre, me levanté y abrí la puerta en ese instante el olor a lluvia que tanto me gusta fue sustituido por uno que ya no sabía si era mi preferido o no. Dejé la puerta abierta y me volví a sentar en el mismo lugar ignorando que hubiera otra persona.

      Dani: ¿Qué es lo que te ocurre no contestas a mis llamadas, ni a mis mensajes, no nos vemos y no haces nada por intentarlo?
  
      Seguí como si esa voz no se hubiera reproducido, en completo silencio, como si sólo existiera esa llovizna de verano y yo.

      Dani: ¿Por qué me haces esto? Llevamos 33 días sin vernos y parece que no te alegras por tenerme aquí contigo.
      Yo: ¿Quieres que hable verdad?
      Dani: A eso he venido.
      Yo: Hace 33 días que no nos vemos y 30 desde que siento que ya no soy yo, y que nosotros por tanto no somos lo mismo, me siento vacía y sin ningún sentido, siento que no me haces falta.... ¿y sabes por qué? porque me he acostumbrado a estar sin ti y creo que tú también , dudo que te hayas acordado de mi en este mes que has estado en Berlín, estoy segura de que te habrás acordado mucho más de cualquier chica mona y con acento Alemán. Me siento apenada por todo esto, pero me ha dado tiempo para aceptarlo.

      Noté como se acercaban sus pasos y como su respiración sonaba alterada, finalmente se sentó justo en frente de mi.

     Dani: Mírame a los ojos y dime que cuando nuestras miradas se encontraron por primera vez en el instituto no fue nada, dime que no te acuerdas de los juegos tontos en los que te tiraba bolitas de papel en medio de las clases de historia, que no significó nada que el cosmos se pronunciara para nosotros aquella noche de estrellas o que no te mojó el agua al igual que a mi y te reconfortó sentir mi cuerpo contra el tuyo.Simplemente dime que no significó nada para ti nuestro.primer.beso y entonces lo aceptaré.
     Yo: ¡Claro que para mi eso ha sido increíble! Pero.... ¡¿que hay del ahora?!
     Dani: Ahora, te quiero y te aseguro que para mi no ha habido ninguna chica mona en Berlín, porque a ti es a la única que veo, es tu colonia la única que huelo y tu voz la que me gusta oír al contestar el teléfono y por muy lejos que haya estado nada de eso ha cambiado. Y ¿sabes por qué? porque me gusta cuando estoy contigo, me haces ser la persona que quiero ser, y quiero seguir tocando siempre tu piel hasta cuando seamos viejitos y esté arrugada. Piénsalo yo te quiero más que a nada, pero ahora la pelota está en tu tejado ¿tú me quieres?
      Yo: La verdad es que no, te amo, pero quiero decirte algo importante.
      Dani: Te escucho.
      Yo: No te vuelvas a ir tan lejos nunca más, por favor, no sin mi.
      Dani: Sigues siendo mi pequeña. Dijo mientras me abrazaba y con una mueca de sonrisa en su cara. Por cierto esta sudadera es tuya, me la traje de allí, para que veas que si que me acordé.
      Yo: ¿Sabes donde quedaría perfecta? En el suelo de mi habitación.


   Lo cierto de todo aquello es que le echaba de menos,
supongo que será que realmente la distancia es un fastidio, pero a personas tan 
entrañables como él: personas que marcan y dejan huella en tu vida, no se les olvida facilmente.   
      Firmado: una chica que no dejó de estar enamorada.