¿Sabes cuál es el jugador número quince? Es ese que siempre se encuentra en el banquillo, que te anima y te apoya.Sufre cada golpe y se alegra de cada victoria.Pero hay algo más y es que sabes que nunca saldrá a jugar un partido y menos aún a ganarlo.
En mi vida hay un número quince.Un número quince que siempre tiene un gesto cariñoso para mí,que es amable y paciente,que se alegra de cada noticia buena que le doy,que me cuida y me mima y además con una sonrisa siempre predispuesta para darme en un día gris,convirtiéndolo en un día de color.
Se llama Pedro, es un encanto.Y es el típico chico perfecto que debería gustarte porque sabes que con el tienes la felicidad asegurada.
Pero hay un pequeño problema ¿cómo asegurarme la felicidad junto a él, si mi mente piensa en otro? y encima en este preciso momento no encuentro la llave.Que ¿cuál llave? Pues la llave que abre eso que tenemos dentro de nosotros y que palpita al unísono del tiempo.
Lo mejor de todo es que sé donde encontrarla, ¡claro que lo sé! , pero ni me siento capaz, ni quiero hacerlo ya que le pertenece a él. Al culpable de mis distracciones,de que no existan las clases de historia... porque para mí ,no existe otra historia que no sea la de sus ojos, ni ninguna gran batalla que ganar, si no es él la recompensa.
Y quizás no sea tan atento,amable,cariñoso ni me dedique una palabra bonita...pero ¿cómo mandar en el corazón?
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